Un masturbador ultrarealista no es simplemente un juguete sexual; en el contexto terapéutico, se convierte en una herramienta controlada y segura para la reeducación sexual y la modificación de patrones de respuesta.
El masturbador proporciona una experiencia de estimulación muy similar a la real (penetración vaginal o anal), pero en un entorno sin la presión del desempeño de una relación con pareja. Esto reduce la ansiedad inicial.
 
1. Para la Eyaculación Precoz (mediante Desensibilización Sistemática)
La desensibilización sistemática es una técnica terapéutica que busca reducir la ansiedad o una respuesta indeseada (en este caso, la eyaculación rápida) ante un estímulo que normalmente la provoca. Con un masturbador ultrarealista se aumentar la tolerancia a la excitación y se aprende a identificar y controlar las sensaciones previas al punto de no retorno de la eyaculación, prolongando así el tiempo de latencia eyaculatoria.

2. Para Problemas de Erección de Base Ansiosa
Cuando la Disfunción Eréctil (DE) tiene un componente ansioso predominante, el masturbador ultrarealista también puede ser una herramienta valiosa:
Los problemas de erección de base ansiosa se caracterizan por el "miedo al fallo". La presión de tener que rendir sexualmente con una pareja puede inhibir la erección. El masturbador ultrarealista ofrece un espacio seguro y privado donde la persona puede concentrarse en su propia excitación y sensaciones sin la expectativa o el juicio de otra persona.
Se aprende a romper el ciclo de ansiedad-fallo de erección, restaurar la confianza en la capacidad eréctil del propio cuerpo y desasociar la erección del "examen de desempeño".
 
De esta maanera alpoder lograr y mantener una erección con el dispositivo en un ambiente relajado, el individuo reafirma su propia capacidad fisiológica para tener una erección. Esto es crucial para desmantelar la creencia negativa de "no puedo tener una erección" que alimenta la ansiedad.
Obiamente se enmarca en  un contexto terapeutico y como una herramienta complementaria.  El masturbador complementa otras intervenciones en sexología, como la terapia cognitivo-conductual (para gestionar pensamientos ansiosos), la terapia de pareja (para mejorar la comunicación y reducir la presión relacional) y, si es necesario, el apoyo de otros profesionales